El mito de la proteina

Antes de todo quiero aclarar que se a demostrado que las frutas son el alimento perfecto y una persona sana obtiene el máximo de rendimiento a todos los niveles cuando se alimenta solo de frutas (y si hay alguien que duda de esto que vea lo que come el gorila que tiene mas de 99% de nuestro ADN y su fuerza, salud y vitalidad es envidiable de cualquier humano). Las frutas tienen el equivalente de proteina de la leche materna, suficiente para el desarrollo tanto de un bebe en crecimiento como de un adulto en sus actividades diarias.

«Hay una enorme cantidad de información que demuestra la relación entre el consumo de alimentos proteicos concentrados y las enfermedades cardíacas, la alta tensión sanguínea, el cáncer, la artritis, la osteoporosis, la gota, úlceras y multitud de otras enfermedades, documentada por T. C. Fry, Victoras Kulvinskas, Blanche Leonardo, Barbara Parham, John A Scharffenberg, Orville Schell y Herbert M. Shelton, entre otros. Aquí, sin embargo, nos limitaremos a estudiar los efectos sobre el peso y el nivel energético.

Las proteínas son las sustancias alimenticias mas complejas, y su asimilación y utilización de las más complicadas. El alimento que el cuerpo descompone con más facilidad es la fruta; en el otro extremo de la escala, el más difícil son las proteínas. Cuando se ingieren alimentos proteicos, exigen más energía que cualquier otro para completar el proceso digestivo. El tiempo promedio para que los alimentos (salvo la fruta) atraviesen en su totalidad el tracto gastrointestinal es de unas 25 a 30 horas. Cuando se come carne, ese tiempo se duplica con creces. Por consiguiente, es lógico que cuanto más proteína se come, menos energía queda disponible para otras funciones necesarias, como la eliminación de desechos tóxicos.

El tema de las proteínas, en su totalidad, ha sido tan desproporcionadamente exagerado que es dudoso que la gente se puede sentir tranquila al respecto. Lo fundamental es que, simplemente, no necesitamos tanta proteína como nos han hecho creer1. Antes que nada, el cuerpo humano recicla el 70 por ciento de su residuo proteínico. ¡Ahí ya hay un 70 por ciento! En segundo lugar, el cuerpo humano solo pierde aproximadamente 23 gramos de proteína por día, que se eliminan a través de las heces, la orina, el pelo, la descamación de la piel y la transpiración. Para reponer esa cantidad se necesitaría comer aproximadamente 680 gramos de proteínas al mes. La mayoría de las personas comen muchísimo más que eso, ya que ingieren proteínas en todas las comidas. Se ha calculado (con un margen de seguridad que hace que la cifra casi duplique

la necesidad real) que se requieren 56 gramos de proteína diarios. Consumir más de lo que el cuerpo necesita impone al organismo la pesada carga de tratar de librarse de dicho exceso: una terrible pérdida de la preciosa energía que tan necesaria es para rebajar de peso. Un vaso de dos decilitros no puede contener más de dos decilitros de líquido. Si se le echa más, todo lo que supere su capacidad será pura pérdida Algo parecido sucede con nuestro cuerpo. Una vez que la exigencia diaria de 23 gramos está satisfecha, ya está. El problema es que el exceso de proteína no sólo lo priva a uno de energía, sino que también debe ser almacena en el cuerpo como desecho tóxico, lo cual significa un aumento de peso hasta que el organismo puede disponer de la energía suficiente para librarse de él. Pero como al día siguiente tiene que enfrentarse con un nuevo excedente, la situación empeora.

1. Arthur C. Guyton, Guidance Textbook of Medical Physiology, Filadelfia. Saunders Publishing Co., 1981. T.C. Fry, Lesson 8, Proteins in the Diet. en The Life Science Health System, Austin, Texas, Life Science, 1983.

De hecho, las proteínas no son ni más ni menos importantes que cualquier otro de los constituyentes de los alimentos; aunque nos hayan hecho creer que son las más importantes, simplemente no es así. Todos ellos desempeñan un papel decisivo para hacer que un alimento sea lo que es. Si te hicieran escoger entre el corazón y el cerebro, ¿a cuál renunciarías? Pues lo mismo sucede con la comida Los constituyentes de los alimentos que integran una comida típica son siempre los mismos: hay vitaminas, minerales, carbohidratos, ácidos grasos, aminoácidos y muchos componentes más, a los que todavía es necesario aislar y dar nombre. ¡Y todos son importantes! A todos se los usa en conjunto, sinérgicarnente. Aislar uno solo de ellos por considerarlo más importante que otros es no haber entendido las necesidades biológicas y fisiológicas del organismo.

Ninguna discusión de las proteínas sería completa si no se hiciera mención de la ingestión de carne, porque en general se la considera como la fuente ideal de proteínas. Una de las principales razones para ello es que la proteína animal se asemeja mucho más a la del cuerpo humano que las proteínas vegetales. Excelente argumento para comerse al prójimo, en realidad, pero creo que hasta los más entusiastas consumidores de carne encuentran repugnante esta idea.

Pues vamos a ver un poco esto. ¿Cuál diríais que es el animal más fuerte del planeta? Mucha gente diría el elefante, y yo estaría de acuerdo. En realidad, si tuvierais que pensar en los animales más fuertes del mundo, los que durante siglos fueron usados por su fortaleza y aguante, cuales serían? Los elefantes, los bueyes, los caballos y las mulas, los camellos, los búfalus. Y ¿qué comen? Hojas, hierbas y fruta. ¿Habéis visto alguna vez un gorila plateado? El gorila plateado se parece fisiológicamente al ser humano. Es increíblemente fuerte. Aunque tenga tres veces el tamaño de un hombre, ¡tiene treinta veces su fuerza! Un gorila plateado podría arrojar a un hombre de noventa kilos al otro lado de la calle, como si fuera un muñeco. ¿Y que come el gorila? ¡Fruta y otros vegetales!2 ¿Qué indica eso respecto de la necesidad de comer carne para tener fuerza? Por el momento, olvídate de todo lo que te han dicho y de las opiniones que has oído. Tú, ¿qué piensas? Nos comemos la carne del ciervo porque como proteína es casi perfecta, pero el ciervo, ¿qué comía para fabricar esa proteína? ¿Carne? No! Granos y hierbas. Interesante, ¿no? ¿Cómo es posible? Por una parte, tenemos todos los datos científicos que muestran los beneficios de comer carne. y por otro lado está nuestro sentido común, que hace que ese punto de vista nos resulte difícil de tragar.

El sentido común me lleva a preguntar por qué los humanos seríamos la única especie animal que tiene la cosa tan complicada cuando se trata de obtener los componentes necesarios de las proteínas. Ningún animal en la naturaleza necesita combinar diferentes alimentos para conseguir todos los aminoácidos esenciales. Y yo sostengo que la razón de que esto sea tan complicado para los humanos es que somos los únicos animales con capacidad de razonar, y que nos hemos vuelto las cosas mucho más complicadas de lo que realmente son.»

LA ANTIDIETA de Harvey y Marilyn Diamond

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